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Blog de Pan y Panaderías
Mientras te decides a qué hora saldrás al pan... Entérate de lo que se está horneando.

Pan Chino

Seguro has comido o al menos visto un bisquet o una mantecada –panquecito con un papelito rojo o café. Bueno, pues esos panes y algunos otros, fueron introducidos al gusto del mexicano por la comunidad china que vino a México a finales del siglo XIX a trabajar en la construcción de los ferrocarriles de la época porfirista. 


Resulta que los grupos de inmigrantes chinos se asentaron en la Ciudad de México comenzaron a abrir negocios en las primeras décadas de ese siglo, sobre todo en las calles cercanas a la Alameda Central en el Centro Histórico. Con los años, fueron arribando más personas de China y más negocios y así se formó lo que hasta ahora se conoce como El Barrio Chino.

Los primeros negocios que abrieron estaban dedicados a la lavandería y planchado de ropa y luego surgieron los cafés de chinos que eran cafeterías donde se podía desayunar, comer o merendar a bajo costo porque los alimentos eran económicos y bien servidos.

Estos establecimientos generalmente tienen una arquitectura común: una angosta entrada que a un costado exhibe una vitrina con los panes que se venden tanto para comer ahí como para llevar, convirtiéndose también en un expendio de pan o pequeña panadería. Al interior están las mesas tipo “periqueras” con sus forros lisos en colores grisáceos o de tapices coloridos donde se sientan los comensales. Por supuesto, las decoraciones chinas no pueden faltar.

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Como ellos vendían ese tipo de panes, las gente les llamó chinos. Y así los pedían.

Un dato curioso es que, en Corea del Sur preparan una variedad de estos panes que lleva un huevo: se coloca la masa en la charola y encima se pone un huevo crudo para que se hornee y quede como huevo estrellado, le llaman Keran-pang (huevo-pan).

Como la masa es algo grasosa, porque es como la que se prepara para elaborar panqué: mucho huevo y mucha mantequilla (en algunos casos manteca o margarina para sus versiones más económicas) son de los panes que suelen engrasar sus manos o la bolsa de papel si los dejas mucho tiempo. Para balancear el dulzor y lo mantecoso, la recomendación es comerlo con un buen café negro bien caliente.